El alumnado con altas capacidades intelectuales precisa una respuesta adecuada para el desarrollo pleno y equilibrado de sus capacidades y su personalidad.
Uno de los objetivos esenciales del sistema educativo es conseguir la máxima y mejor integración del alumnado, proponiendo medidas que incorporen e integren las diferencias individuales de aptitudes, necesidades, intereses y ritmos de maduración de las personas para no renunciar al logro de resultados de calidad para todos.
La adecuada intervención educativa con las personas con altas capacidades no sólo mejora la situación de dicho alumnado sino la de la totalidad pues introduce estrategias y planteamientos metodológicos que favorecen tanto la equidad como la excelencia.